viernes, enero 11, 2013

Qué tres cosas debemos hacer para planificar nuestro futuro.


De entrada hemos de practicar el autochequeo. Ese dato que nos permitirá conocernos como profesionales, como personas y nuestra capacidad de administrarnos.

Esas tres cuestiones son fundamentales para descubrir nuestras habilidades, nuestra forma de ser, nuestro encaje en el entorno y la estrategia a seguir.

Nuestras aspiraciones las tenemos que alentar, pero hemos de descubrir qué nos limita y hasta dónde podemos llegar en cada envite personal.

No hay ideas imposibles, pero si las “metas volantes” que nos permitirán realizar la “prueba y error” y averiguar en qué punto del camino estamos y si vamos en la dirección correcta o tenemos que realizar los cambios necesarios para alcanzar nuestro objetivo.

Nuestras habilidades profesionales, tanto en lo general como en lo concreto, han de indicarnos el rumbo. Y lo voy a definir mejor. Es importante descubrir si somos capaces de generar complicidades con aquellos que nos pueden ayudar. Hemos de descubrir nuestra capacidad para trabajar en equipo. Hemos de observar si somos capaces de “sumar” en nuestra idea y hacerla grande.

En cuanto a lo concreto, hemos de poner a prueba nuestra capacidad de vernos en el colectivo y descubrir si hay necesidades reales en él. El descubrimiento de la necesidad, nos permitirá descubrir dónde debemos enfocar nuestra capacidad creativa para cubrirla. Soy de los que creen firmemente que “las necesidades no se crean… o están o no están”.

Luego está nuestro autochequeo como personas. No es posible realizar nada con eficiencia, si no nos conocemos lo suficiente. Debemos conocer lo que somos y lo que transmitimos. Saber si somos locuaces o no. Si nos preocupan las personas. Si decimos siempre la verdad, si la escondemos o simplemente somos mentirosos compulsivos. Si somos simpáticos o tóxicos. Si nos gusta compartir o somos egoístas. Si somos tolerantes, si aceptamos las críticas. En qué medida somos racionales y hasta qué punto nos pueden las emociones. Es muy importante autovalorarnos y saber nuestra capacidad personal.

Y no podemos olvidar nuestra capacidad para administrarnos. Hay personas con una capacidad real de ser creativos, simpáticos, generar complicidades o de descubrir grandes necesidades, pero que son incapaces de administrarlo bien.

A estas alturas de la vida, y tal como está organizada, administrar de forma correcta aquello que queremos hacer, es básico para triunfar. Y no tan solo estoy hablando de temas financieros (que también), sino de administrar el cronograma, planificar los tempos, prever las cosas en detalle, aunque dejando el margen de error en el que se pueda reescribir nuestra estrategia.

Hemos de construir, deconstruir o mandar a la porra lo que hayamos hecho hasta ese momento, y si nos equivocamos, ponerse de nuevo en pie y volver a poner en marcha nuestro talento creativo para empezar de nuevo, y aprender con los conocimientos que nos dan nuestros errores y nuestra tenacidad. 

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